La distimia o trastorno depresivo persistente es un tipo de depresión leve, continua y crónica que presenta características similares aunque menos intensas que las de la depresión mayor.
Puede estar generada por factores estresantes que se dan durante la infancia. Es por ello que una atención temprana resulta fundamental.Al menos el 6% de la población padece trastorno depresivo persistente. Este se manifiesta con síntomas como dificultad para concentrarse, baja autoestima y picos de irritabilidad.
Comienzo en la infancia o adolescencia
El inicio de la depresión leve suele darse temprano, durante la etapa infantil o en la adolescencia. La persona con distimia puede ser funcional y realizar sus actividades cotidianas con normalidad, algo que la diferencia de una depresión común.
El catedrático de Psicología José Pedro Espada, cofundador de PSICOLÓGICA, ha desvelado a laSexta que los padres que acuden a la consulta “notan al niño o adolescente algo más desmotivado de lo normal, con cierto aislamiento social y carentes de objetivos”.
Esta dolencia multifactorial suele estar generada por factores estresantes durante la infancia que pueden derivar en dolencias más graves en la etapa adulta.Se trata pues de un trastorno emocional que consiste en un bajo estado de ánimo prolongado durante la mayor parte el día. Aparecen sentimientos de desesperanza, apatía o falta de energía.
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