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Desde que las tropas rusas cruzaron la frontera y comenzó la invasión a Ucrania, casi tres millones y medio de personas ucranianas han abandonado el país, según los últimos datos proporcionados por ACNUR. De estos, UNICEF estima que casi la mitad son niños y niñas. En tan solo unos días miles de niños y niñas abandonaron sus casas, dejando atrás sus juguetes, amigos y rutinas para huir de un conflicto bélico que no eran capaces de entender. Cambiaron la comodidad de su hogar por la frialdad de los refugios antiaéreos, a sus amigos por desconocidos con los que compartir miedos e incertidumbre, y una vida estable por un futuro incierto. Después del impacto de ver destruidos los edificios y ciudades que han formado parte de su infancia, iniciaron un periplo para huir del país que supuso hacer frente a largas esperas, enormes distancias y grandes dificultades. Aunque asegurar su bienestar físico es una prioridad, no debe omitirse el efecto que las experiencias vividas pueden tener en la salud mental de la población infantil ucraniana. En esta colaboración con Science Media Centre, la Dra. Mireia Orgilés ofrece su punto de vista.  Ver la publicacion completa aquí.